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Diciembre 11, 2017NUEVA YORK, NY, Estados UnidosContrabando Humano/Trata

Antiguo dueño y gerente de local de eventos en Long Island acusado de trabajo forzoso y fraude de visas

NUEVA YORK — Dos hombres de Long Island enfrentan cargos de trabajo forzoso y fraude de visas tras una investigación dirigida por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) en Nueva York con la asistencia del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) y la Oficina del Inspector General del Departamento del Trabajo (DOL-OIG, por sus siglas en inglés).

Se alega que Ralph Colamussi, 61, de East Northport, NY y Roberto Villanueva, 60, residiendo en Filipinas, obligaron a inmigrantes a trabajar sin paga en The Thatched Cottage en Centerport. Cada uno está siendo acusado de conspirar para participar en trabajo forzoso de inmigrantes y fraude de visas, como también cargos sustanciales relacionados, fraude en la contratación de trabajadores extranjeros y persuasión fraudulenta de extranjeros para ingresar y permanecer en los Estados Unidos en violación de la ley.

“Este caso es un ejemplo de la despiadada trata de trabajadores escondiéndose a plena vista. Estos individuos presuntamente cometieron fraude de visas mientras forzaban a personas a trabajar en su local de eventos bajo condiciones horribles, en lo que parecía ser una situación inescapable”, dijo Ángel M. Meléndez, agente especial encargado de HSI en Nueva York. “Es importante que cualquier persona que crea ser una víctima de trata sepa que nuestras investigaciones se centran en la víctima, focalizándose en mantener a la víctima segura mientras llevamos a los tratantes ante la justicia”.

“Se alega que Colamussi y Villanueva atrajeron a inmigrantes de Filipinas a los Estados Unidos bajo falsas promesas de empleo y paga por horas extras para llenar sus propios bolsillos al costo de las víctimas”, declaró Bridget M. Rohde, fiscal federal interina para el distrito este de Nueva York. “Esta fiscalía, junto a nuestros asociados policiales, hará que aquellos que participen en tal comportamiento ilegal y explotativo rindan cuentas”.

Según se alega en la acusación formal, Villanueva y Colamussi reclutaron a potenciales empleados en Filipinas bajo falsas promesas, les hicieron pagar dinero por adelantado en violación de la ley y los dirigieron a ocultar dichos pagos por adelantado del Departamento de Estado de EE. UU. durante entrevistas para visas. En el momento en que presuntamente ocurrieron los acontecimientos descritos en la acusación formal, Colamussi era el dueño y operador de Thatched Cottage, un popular local de banquetes y bodas en Centerport, Nueva York, como también el dueño y operador de Jellyfish Restaurant, un popular bar ubicado al lado de Thatched Cottage. Los trabajadores no sólo fueron traídos a los Estados Unidos bajo promesas fraudulentas de empleo en específico, sino también a su llegada fueron forzados a trabajar por salarios más bajos de los prometidos y sin la prometida paga por horas extras. Trabajadores extranjeros eran forzados a cuidar de los familiares de Colamussi, incluyendo a su padre, además de realizar trabajos de construcción en Jellyfish Restaurant.

Los trabajadores fueron traídos aquí mediante cortas visas H-2B que expiraron poco después de su llegada a los Estados Unidos. Una vez dichas visas H-2B expiraron, Colamussi y Villanueva presuntamente les dijeron a los trabajadores que solicitaran visas estudiantiles y que representaran falsamente que ellos pretendían estudiar a tiempo completo y que tenían suficientes recursos para su manutención durante sus estudios. Colamussi y Villanueva a veces depositaban fondos en las cuentas bancarias de los trabajadores para dar la apariencia de recursos y luego retiraban los fondos una vez las visas estudiantiles eran aprobadas. Los trabajadores continuaron trabajando para Colamussi y Villanueva durante el término de sus visas estudiantiles, asistiendo a la escuela una vez a la semana. Cuando los trabajadores se oponían a realizar ciertos trabajos o a trabajar turnos consecutivos, Colamussi y Villanueva los amenazaban de denunciarlos a las autoridades de inmigración. Colamussi tenía muchos trabajadores cuyas visas habían expirado viviendo en el sótano de su hogar en East Northport, Nueva York y trabajando para él sin ser registrados.

Las penas máximas potenciales en este caso son prescritas por el Congreso y se incluyen aquí para fines informativos solamente, ya que cualquier pena de un acusado será determinada por un juez.

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